Partamos por reconocer que nuestro planeta está en peligro— y a su vez nosotros como especie dominante y responsable de la gran mayoría de ese peligro — El calentamiento global y las crisis ambientales parecen una cosa tan grande y tan incontrolable que se alejan del ciudadano común para asustar desde la distancia, pero en realidad, los problemas que hoy tienen jaque a la tercera roca desde el sol son más cercanos a nosotros de lo que parecen y la solución para mitigarlos a escala global, podría depender de pequeñas acciones individuales. Todo se reduce a las cantidades de desecho que cada uno de nosotros produce y es que hay quienes afirman que lo mejor que se puede hacer para salvar el planeta es reducir al máximo nuestro desperdicio. ¿Alguna vez han pensado en la cantidad de basura que generamos individualmente? En USA una persona promedio produce 2 Kgs de basura al día de los cuales, aproximadamente el 30% proviene de los empaques de las cosas que compramos y utilizamos.
A lo largo de la historia los empaques se han utilizado para optimizar el manejo logístico de los productos o para resaltar sus atributos y hacer mercadeo a través de ellos. Pero ante la grave realidad que afrontamos hoy por la contaminación que los empaques generan, se han prendido alarmas a nivel mundial. Los consumidores han empezado a despertar conciencia acerca de estos temas y a exigir que las marcas adopten opciones más amigables y de menor impacto, las marcas finalmente se han percatado de esto y hoy tenemos ejemplos como Nestlé que pretende dejar de utilizar el material en sus empaques, empresas de belleza que le apuestan a reutilizar el plástico del mar o Amazon que trabaja con sus proveedores para minimizar la cantidad de material de empaque en la cadena logística.
El tema de la colaboración parece ser bastante atractivo frente a este reto y es que varias marcas de gran consumo como P&G, PepsiCo y Unilever planean lanzar una plataforma de economía circular llamada Loop. La iniciativa, que empezará con su operación en USA y Francia, busca que los usuarios puedan recibir los productos en su casa en empaques reutilizables. El operador logístico se encargaría de recoger los envases para su llenado o para devolverlos a las empresas para que le den el tratamiento necesario y mitiguen su impacto ambiental.
Esta idea podría generar la optimización de la logística y distribución física, creando viajes redondos (ida y vuelta). También permite generar experiencias a los usuarios finales mejorando el posicionamiento de las marcas. También habría incentivos en el precio, bajo el modelo del depósito que se devuelve cuando se entrega el envase, como lo hace D’Cada.
Esto demuestra que hay voluntad de las empresas por mitigar el impacto ambiental que han venido causando, pero en últimas depende de los consumidores que esta clase de iniciativas se vuelvan viables y escalables. Hoy es algo que podemos decidir, quizás en el futuro no haya más opción debido al daño que causamos al planeta.
¿Qué otras iniciativas conocen para hacer el comercio más responsable y mitigar los impactos ambientales?
¿Cómo promueves hábitos de consumo responsable?