Hoy luego de tres meses de tu partida sigo reflexionando sobre cada una de tus palabras, tu forma de actuar, tus consejos y sobretodo en tu ejemplo, y he llegado a una conclusión que no me sorprende para nada: hoy soy un emprendedor gracias a ti.
Sé que muchos cuando lean este artículo pensarán en una persona en particular, aquella que los formó, los animó, los exhortó y lo más importante, aquella que los apoyó en ese inicio de su camino como emprendedores. La mía se llamaba Lifsza Seligman Tovar, que además de darme la vida, se dedicó a enseñarme con el amor que solo una madre puede hacerlo.
Recuerdo mis años en el colegio donde ella no la pasaba muy bien en las entregas de mis notas, específicamente en los años sexto y séptimo de bachillerato. Un día finalizando el año 1999 la vi llorando porque uno de sus hijos, yo – su preferido (jajajaja mis hermanos van a decir que son ellos), estaba a punto de “fracasar” y perder un año por pura pereza. Ella creía en mí, ella sabía el potencial que tenía y por eso sufría más, porque no estaba dando todo de mí. Son esos momentos los que hacen cambiar tu rumbo – re-enfocar tu norte y que solo alguien que te ama lucha porque eso ocurra.
En honor a ella quisiera compartirles 5 enseñanzas y/o consejos que me dejó mi madre, que de forma silenciosa, paciente y amorosa inculcó en mí, hasta convertirme en lo que soy hoy.
Nunca dejar de soñar: en momentos donde uno como emprendedor se enfrenta a ese muy bien llamado “valle de la muerte”, el contar con una persona que te repita siempre que sigas luchando, que persigas tus objetivos, que te levantes cuando algo no sale muy bien, hace que este viaje sea más llevadero.
Vivir para los demás: tal vez esta una de las cosas que de niño más le reprochaba, que más le decía que no hiciera, pero con el paso de los años y de ver el impacto que generaba esta mujer en todas las personas que la rodeaban, me permitieron cambiar ese chip. Empecé a escuchar más las personas a mi alrededor, como emprendedor empecé a poner en el centro a mi cliente y a vivir solo y exclusivamente a solucionarle aquello que lo aquejaba. Este es hoy el principio en el que se mueve nuestra agencia, Distilled Innovation, su consigna y su metodología de innovación pone en el centro de todo a las personas y todas las soluciones que se generan buscan siempre mejorar la calidad de vida de los mismos.
Liderazgo compartido: esta fue quizás una de las cosas que entendí luego de su partida, el escuchar a todas aquellas personas que veían en mi madre una líder me hizo entender este tipo de liderazgo que ella practicaba, y sin querer, ni saber mucho del tema lo bautice “Liderazgo compartido”, este tipo de liderazgo buscaba no sobresalir, nunca recibir crédito por lo que hacía sino ayudar a que otras personas fueran identificados como líderes y lo más importante, que lo hicieran de la mejor forma. Eso lo hacía sin esperar nada a cambio, eso la hacía FELIZ y eso la convirtió en una Líder para las personas que trabajaron con ella.
Ejecución, Ejecución y Ejecución: nunca se quedaba mucho en la planeación, le gustaba más el hacer “si sale mal pues nada otra cosa haremos”. Su fuerza, su terquedad y su entusiasmo en las cosas que hacía, me fue llevando a perder el miedo al fracaso, a no descartar nada en la planeación, a salir rápido al mercado. Si bien muchas cosas no le salían como quería, nunca se cansó de intentar cosas nuevas: venta de mochilas, bordado en punto en cruz, vender sus cuadros, ponerme a cocinar para vender mis lasañas (en esa le fue bien jejeje) era admirable para mí la forma como intentaba nuevas cosas todos los meses.
Hacer todo con amor: no pude escribir en esta porque me quedó muy difícil describirlo. Pero su promesa de vida, era hacer TODO con el corazón.
Má gracias por cada una de estas enseñanzas y de otras que no conté, te lo dije cuando aún estabas con nosotros y te lo vuelvo a decir. No es justo que hayas estado conmigo en las verdes y no vayas a disfrutar las maduras. Te amo Má y te extraño mucho más.
