A propósito de la lista de habilidades para los empleos del futuro publicada por el Foro Económico Mundial, donde una de las principales es el pensamiento analítico y la capacidad para innovar. Queremos compartirles 4 habilidades claves para la gestión de la innovación en las empresas, no basta con ser nativos digitales y saber de tecnología. Hay otros factores que son necesarios para aplicar la innovación en entornos empresariales, permitiendo a las organizaciones crear y capturar valor.
Actitud y pensamiento emprendedor
Las áreas de investigación y desarrollo no pueden seguir trabajando aisladas y en silos. Lo mismo pasa con los equipos de innovación: trabajar bajo las mismas reglas y limitaciones del resto de la organización va en contravía de la definición de innovación. Es necesario que las personas en estas áreas puedan moverse a la misma velocidad a la que evolucionan las tecnologías, que cuenten con espacios y presupuestos de experimentación donde sea válido «romper las reglas» y salirse del molde para probar nuevas formas de hacer las cosas. La colaboración y la apertura a trabajar con otros actores dentro del ecosistema es clave para asegurar este dinamismo y promover actitudes emprendedoras al interior de la empresa, fomentando soluciones innovadoras a retos definidos desde los cuales se puedan validar áreas de oportunidad y construir nuevos modelos de negocio. Como no hay que irse solos si el deseo es llegar lejos, es recomendable evaluar servicios como el de Startup as a Service, los cuales generalmente ponen a disposición de las organizaciones equipos de emprendedores capaces de dinamizar los esfuerzos en innovación, mientras se desarrollan nuevas habilidades para los equipos de trabajo y capacidades para las empresas, sin descuidar los niveles de productividad. Más allá de moverse rápido, la clave está en validar y escalar en los tiempos adecuados, minimizando costos.
Orientación a los negocios
En otras publicaciones hemos resaltado la importancia de desarrollar un pensamiento sistémico en la industria 4.0. El objetivo con esta habilidad es que, sin importar cual sea el rol dentro de la organización, las personas puedan comprender cómo lo que hacen se articula a la estrategia global y colabora a dinamizar los resultados del negocio. Entender que las estrategias de captura de valor de la empresa no dependen únicamente del área comercial o de mercadeo es clave para la gestión de la innovación y para esto es necesario pensar en los resultados del negocio y como las funciones de cada uno pueden llevarnos a descubrir oportunidades que antes no se habían explorado. La orientación al negocio es clave para identificar activos ocultos y desarrollar nuevas fuentes de ingreso dentro de la organización. Para potenciar esta habilidad es necesario contar con una excelente comunicación al interior de la empresa, que todos los colaboradores sepan cuál es la estrategia y qué se debe medir, para entender qué contribuyen desde sus actividades diarias y cómo pueden aportar a que el negocio crezca implementando mejoras o formas diferentes de ejecutar los procesos.
Saber de todo
Hasta hace algunos años la imperativa era especializarse y ser el mejor en un área o sólo saber de un tema. Hoy y de cara al futuro, se recomienda saber de todo un poco – obviamente no está mal tener áreas de especialidad, pero el objetivo de esta habilidad es que el talento se empape de todos los componentes del negocio y que incluso las empresas aumenten también su conocimiento colectivo. Si la empresa tiene como clientes a otras empresas, es necesario que conozcan a los consumidores o clientes de esas empresas también. En la medida en que los empleados tengan conocimiento integral sobre cada eslabón de la cadena de valor se podrán generar más conexiones y descubrir rutas de crecimiento que nunca se hubiesen considerado de otro modo. La clave está en la polinización cruzada y generar intercambio de conocimientos entre áreas para potenciar la unión de puntos aislados.
Inteligencia emocional y ética
Machine learning y la inteligencia artificial automatizarán muchos procesos y decisiones. Pero las máquinas todavía no pueden empatizar como lo hacen los humanos, esta habilidad seguirá siendo clave en el diseño de nuevos negocios, productos y servicios. Tomar decisiones correctas será un reto cada vez más demandante. A medida que los ecosistemas maduran, las empresas deben poner atención a la ética y considerar las consecuencias de las decisiones tomadas en cada uno de sus grupos de interés. La confianza en organizaciones, instituciones y la tecnología hoy se encuentra afectada de forma negativa. Aquí es donde esta habilidad puede darle transparencia a los procesos de innovación. El análisis de riesgos y los modos de evaluación de fallos deberían considerarse también en el desarrollo de plataformas digitales. Sólo imaginen que habría pasado si se hubiesen realizado estas pruebas en plataformas como Twitter o Facebook para evaluar las posibilidades de interferir desde bots en resultados electorales y se comunicaran los resultados en tiempo real. Esto se adhiere a una tendencia de creación de valor en donde las empresas, especialmente ante el fenómeno de las fake news, deben invertir en validar la información y educar a sus consumidores.
A manera de conclusión podemos decir que tanto estas habilidades, como la estructura de las organizaciones y la transformación digital son claves para asegurar una buena gestión de la innovación. No es necesario buscar que todas las empresas tengan el mismo sistema de gestión de la innovación y que estos se implementen de forma masiva sin considerar las peculiaridades de cada negocio y cada industria. Es necesario encontrar las áreas de oportunidad y desarrollar el talento y la cultura organizacional conforme a estas oportunidades para que realmente la innovación pueda surgir, hacerse tangible y crear valor.
