En julio de 2020 Apple comenzó a ensamblar sus iPhones (en ese momento el iPhone 11) en India, en vez de hacerlo donde tradicionalmente lo había hecho: China. En ese mismo mes Samsung, proveedores de Apple como Foxconn, fabricantes indios como Micromax y más de 18 empresas solicitaron acceso a un programa de incentivos del gobierno indio para la producción a gran escala de productos electrónicos dentro de las fronteras del país.
Este movimiento permite a los fabricantes evitar el arancel del 20% que India, uno de los mercados más grandes del mundo, cobra a las importaciones de productos electrónicos. Por otro lado, el movimiento de estas empresas refleja temas macroeconómicos de fondo que quizás sean más importantes a largo plazo, como el hecho de que la producción en China ya no es tan barata como solía serlo y que la automatización de líneas productivas está haciendo que cada vez los costos de la mano de obra sean menos significativos.
Sumado a estos dos factores, también podemos considerar el contexto político actual de USA y es que, con la llegada de Biden a la casa blanca, no necesariamente se espera que la presión sobre China disminuya, por el contrario es posible que aumente. Es posible que la política exterior de USA busque enfilar a sus aliados con el finde presionar a China a que su apertura al mundial no siga siendo unilateral.
Y no solamente pasa en India, Apple también ha trasladado algunas de sus actividades de producción a Vietnam, impactando el desarrollo de la economía de varias ciudades que han comenzado a crecer.
Este escenario donde el «Made in China» ya no es protagonista también ha sido considerado por el gigante asiático. En los planes de China no está ser la fábrica del mundo para siempre, donde todos los productos eran de «baja» calidad, baratos y la mano de obra era primordial para su producción. El país también busca migrar hacia el «Engineered in China» y convertirse en una fuente de tecnología cada vez más avanzada, las compañías chinas han invertido mucho en automatización y una gran cantidad de trabajadores en las lineas de producción ha sido reemplazado por robots. Las personas que quedan tienden a ser expertos en mantenimiento de máquinas, machine learning y nuevas posiciones que demandan habilidades diferentes y salarios elevados, pero hay que tener en cuenta que si los niveles de producción aumentan y el número de errores disminuye, el costo de los salarios disminuye su impacto.
Cuando se compite en la industria de productos electrónicos de consumo masivo, hace sentido estar en China por la cercanía con varios proveedores clave, pero estas empresas que suministran componentes y servicios también comienzan a ser globales y pueden atender a sus clientes desde cualquier parte del mundo. Esto, sumado a los altos niveles de automatización y un menor impacto de la mano de obra en el proceso, fomentan los fenómenos de relocalización de la producción que hoy ejercen presión sobre China. ¿Será esto suficiente para mandar el «Made in China» al olvido?